Cuando decides llevar tu cuerpo al límite y recorrer (a modo de marcha) la carrera de ultrafondo 100 Km Madrid – Segovia, que discurre por las tres primeras etapas del Camino de Santiago de Madrid…

Fotografía tomada por la organización 100k Madrid – Segovia.
El fin de esta travesía era un reto, pues realizamos el recorrido seguido en menos de 24 horas. Esto le hace estar lejos de una ruta de senderismo normal y por eso también lo he querido destacar dentro de la sección dedicada al Camino de Santiago.
¿Por qué hacerlo?
La respuesta rápida sería otra pregunta: ¿Pero realmente por qué hacer 100 km en un solo día? Bueno… ¿Y por qué no? (Además de por el excesivo esfuerzo físico jeje).
Debía ser principios de mayo, cuando mi amigo Riki me llamó por teléfono y me dijo: «Oye, que este año sí, ¡nos apuntamos a la Madrid – Segovia!». De primeras mi pensamiento fue en plan «creo que va a ser que no». Pero luego pensé, bueno, quizás sea la motivación que necesito para recuperar mi forma física y aún tengo algo más de 4 meses para prepararme… Ok, ¡lo haremos!, eso sí, caminando a buen ritmo, que para hacerla corriendo necesitaría otros 4 meses más de entrenamiento.
Preparación.
Llevo años con las rodillas «renqueantes» y eso es un handicap para entrenarse y un temor de cara a que fallen antes o durante la carrera. Pero uno aprende a reconocer su cuerpo y adaptarse a las circunstancias. A veces es bastante complicado. Exige armarse de paciencia y siempre mantener un equilibrio entre «la cabezonería» y la prudencia (al final salud es salud).

Lo cierto es que por un motivo u otro, no pude preparar la Madrid – Segovia como me hubiera gustado. Para una prueba así se debería estar en el peso ideal y en un gimnasio adicionalmente al entrenamiento aeróbioco, centrarse en ganar fuerza en piernas y abdominales. Yo tuve que buscar una preparación por la vía rápida e hice varias rutas aumentando progresivamente la longitud hasta llegar a 60 km en un día… Las agujetas al día siguiente eran de escándalo, pero al menos tenía mi objetivo principal más cerca: llegar hasta Cercedilla (km 65 aproximadamente).
Nuestra Senda Madrid – Segovia.

Bastante temprano Riki, Guille y yo, nos presentamos bajo las Torres Kio en Plaza Castilla para partir de Madrid rumbo a… La verdad es que no teníamos muy claro hasta donde. Lo que sí habíamos acordado era ir con los «andarines», no con los corredores, caminando a un ritmo de algo más de 5 km por hora.
Una vez dado el pistoletazo de salida, los corredores comienzan a trotar y lo cierto es que para nosotros, que tantas otras veces habíamos corrido carreras, nos costaba no unirnos a ellos. Pero hay que tener paciencia, es un día para disfrutar y ya terminar en un solo día los 100 km, es un reto más que suficiente.

Con un recorrido bastante sencillo, los primeros 25 km hasta Colmenar Viejo fueron rápidos. Aquí hicimos la primera parada técnica y yo comencé con estiramientos (que repetiría aproximadamente cada 10 km coincidiendo con los avituallamientos de la organización). A partir de Colmenar comienza un camino más atractivo por las vías pecuarias. En Manzanares el Real llegaríamos a otro punto importante, pues ya teníamos cubierta la distancia de una Maratón y nos esperaba un suculento plato de pasta.

Junto a la Sierra de Guadarrama el camino empieza a ser más bonito. De vez en cuando corro un poco (o troto más bien) para cambiar el ritmo y evitar que se carguen las piernas. Pasada la mitad de la prueba, comienza el primer obstáculo importante. La subida a La Barranca se hace dura con todos los kilómetros acumulados. Una vez culminada la subida, el camino en ligero descenso, se me hace más llevadero de lo esperado hasta llegar a Cercedilla.
Km 65. Este es el gran muro de la prueba. Ya ha anochecido para nosotros y hay que sentirse realmente con fuerzas para continuar. Por delante esperan 600 metros de desnivel hasta el Puerto de la Fuenfría. Hace horas que los primeros corredores llegaron a Segovia, pero para nosotros empieza la parte más épica del recorrido…
Mientras hago buena cuenta de la paella que nos han servido junto al polideportivo de Cercedilla, me siento a meditar si debo o no continuar. Riki advierte que se queda (pero conseguirá sus 100 km en otra ocasión), pero Guille y yo decidimos que es ahora o nunca, ajustamos el frontal y «la luz parpadeante de posición» y seguimos caminando. La verdad es que era clave que siguiéramos los dos, porque la soledad nocturna por el Valle de la Fuenfría podría habernos dejado psicológicamente a medio camino.
Las rampas hasta las Dehesas de Cercedilla se nos hacen complicadas. Pero al comenzar el tendido tramo por la Carretera de la República, las piernas ya se dejan ir por la inercia. Uno de los mejores momentos es cuando pasamos por el Mirador de los Poetas. Desde el mirador podemos contemplar al fondo las luces de Madrid y nos parece mentira que fuera allí donde comenzáramos nuestra aventura 75 km atrás. Siguiendo por la Carretera de la República y ya a la altura del Mirador de la Reina, podemos ver la bonita imagen de las luces que van apareciendo a lo largo del camino de los participantes que aún vienen por detrás.
Otro momento cumbre (nunca mejor dicho). Llegamos al Alto de la Fuenfría. Se han acabado las subidas, pero los músculos están al límite y los pies, ya cubiertos por algún apósito, empiezan a estar muy muy doloridos. Aunque parezca mentira, aún nos quedan 20 km más por delante.

El descenso hasta Segovia se me hace eterno. A estas alturas y después de haber hecho tantos ejercicios de estiramientos, no tengo miedo a un tirón o un calambre, pero en cada pisada siento la suela pegada al suelo como si fuera descalzo y cada pequeña piedra que contacto se me convierte en una montaña.
Con esto y con todo, nos presentamos ya a la altura del km 90. Guille hace un amago de abandonar (para matarle después de lo que llevamos y lo poco que nos queda), pero finalmente entramos juntos por las calles de Segovia. Los pocos que a estas horas están despiertos por la ciudad nos dan la enhorabuena… Recuerdo como se me saltan las lagrimas del esfuerzo acumulado y de la emoción de estar llegando por fin. Y sí, después de unas 23 horas y tras 102 km, pasamos junto el Acueducto de Segovia terminando nuestra particular hazaña.
Conclusiones: repetir o no repetir…
Sin entrar en el terreno de los deportistas de ultrafondo de verdad, es decir, aquellos que son capaces de hacer una prueba como esta en torno a las 10 horas y que están a un nivel físico diferente de la mayoría de nosotros, solo puedo decir que es una auténtica experiencia personal. Pero eso sí, no lo quiero recomendar con el ánimo de incitar a todo el mundo a probarlo. Es necesario estar acostumbrado a correr o caminar largas distancias y tener muy presente que nosotros mismos debemos ponernos los límites. Si en un momento dado el cuerpo pide no dar más, hay que ser consecuentes y no forzar para evitar el riesgo de una lesión.
Inmerso en otras actividades y viajes, no he tenido la ocasión de volver a preparar una prueba de este tipo. En todo caso, si se me presenta una nueva oportunidad para apuntarme a los 100km Madrid – Segovia o a otras pruebas similares como los 63 km nocturnos de la Pontevedrada, lo haría solo si estoy en mejor forma física que cuando lo hice esta vez y también haciendo tramos corriendo porque 23 horas son muchas horas…
Camino de Santiago.
De forma que esta crónica de la carrera, pueda servir también como base para los pocos que se atreven a iniciar el Camino en Madrid o en su defecto para poder realizar cada una de las etapas como plan de fin de semana, os comento algunas cosas a tener en cuenta para iniciar El Camino en Madrid.
Las etapas podrían estar divididas del siguiente modo:
1. Madrid – Colmenar Viejo (unos 26 km).
2. Colmenar Viejo – Cercedilla (unos 40 km).
3. Cercedilla – Segovia (unos 34 km).
Si vas a realizar las etapas como peregrino, como puedes imaginarte no vas a tener tanta oferta de «albergues oficiales» como en el resto de los caminos, pues es una ruta poco transitada. En el caso de Colmenar Viejo, por ahora hay pocas alternativas (aunque puedes preguntar en el ayuntamiento si habilitan el polideportivo) y puede interesarte seguir el camino hasta Manzanares El Real donde hay más oferta y también un Camping. Tendrás que llamar al ayuntamiento de Cercedilla para ver si puedes quedarte en el Polideportivo o probar en el albergue juvenil de las Dehesas por ejemplo. En Segovia hay mucha oferta y tienes el albergue Duermevela al lado del Acueducto.
Etapa 1. Madrid – Colmenar Viejo.
El comienzo de esta etapa se puede hacer desde cualquier punto de la ciudad. Se sale de Madrid por la parte norte tomando la vereda de la carretera de Colmenar por las vías pecuarias. La localidad de paso más importante es Tres Cantos. Es una etapa que sigue muy cercana a la autovía, coincidiendo a veces con el carril bici y en la que solo destaca el último tramo de llegada a Colmenar Viejo, ya que, el camino hasta Tres Cantos no es muy bonito.

Etapa 2. Colmenar Viejo – Cercedilla.
Una etapa que a mi personalmente me sorprendió mucho por la belleza de los caminos por los que transcurre. Según se va llegando a Manzanares El Real, se observa al fondo su imponente castillo. A partir de esta localidad el camino transita a los pies de la Pedriza, en el borde de la Sierra del Guadarrama. El tramo más duro es la subida a La Barranca en Navacerrada, desde donde se ve perfectamente todo el valle con Bola del Mundo y La Maliciosa al fondo. Finalmente, un camino estrecho entre un frondoso bosque nos baja hasta Cercedilla.
Etapa 3. Cercedilla – Segovia.

Probablemente la etapa más bonita del Camino de Santiago de Madrid y una de las mejores rutas para hacer en la Sierra del Guadarrama. Tenéis una descripción más completa en Sierra de Guadarrama: Cercedilla – Segovia.
El Track.
Este es el track completo que grabé con el GPS de la prueba Madrid – Segovia. En caso de hacerlo desde el punto de vista senderista, lo único que hay que tener en cuenta es que el tramo de Cercedilla al Alto de La Fuenfría se realiza por La Carretera de La República, que sería el camino ideal para hacer el recorrido en bici, pero es más largo y se puede acortar por la Calzada Romana siguiendo las flechas amarillas.