Si alguna vez me pierdo, buscadme en el Valle de la Fuenfría. En este artículo vamos a caminar a través de una senda de interpretación por mi lugar favorito de la Sierra del Guadarrama.

Cuando intento recordar cuales fueron las primeras rutas que empecé a hacer cuando era pequeño, siempre se me vienen a la cabeza las Dehesas de Cercedilla (con bastante menos masificación que ahora) y los caminos que se localizan junto a estas praderas, como el archiconocido camino Schmidt.

Llevaba tiempo pensando en hacer alguna salida en grupo por el Valle de la Fuenfría en la que compartir algunas de mis experiencias «pateando» estos caminos y los datos y anécdotas que he ido aprendiendo a lo largo de los últimos años y que me han parecido más curiosos. Aprovechando la baja media de edad del grupo (8 niños), no quería dejar pasar esta oportunidad sin comentar dos de los aspectos más importantes que siempre salen a relucir en los debates sobre la Sierra del Guadarrama: los problemas medioambientales y el conocimiento mínimo de técnica y seguridad en montaña.

De este modo, y partiendo de una deuda pendiente que tenía con mis amigos de Pandora Buceo, el pasado 22 de abril a las 9.30 de la mañana, nos juntamos 20 amigos en las Dehesas de Cercedilla dispuestos a descubrir algunos de los secretos que guarda este valle.
La Ruta.

A la hora de elegir el itinerario de esta senda tuve en cuenta que no tuviera ninguna dificultad técnica, que nos permitiera cruzar por algunos de los enclaves históricos más importantes y al mismo tiempo que pasara por algunos de los miradores más emblemáticos del Valle de la Fuenfría. Así pues, nuestro itinerario finalmente fue: Dehesas de Cercedilla – Pradera de los Corralillos – Puente de Enmedio – Alto de la Fuenfría – Carretera de la República (Mirador de los Poetas) – Pradera de Corralillos – Dehesas de Cercedilla.

Distancia (km): 12.
Desnivel acumulado en subida (metros): 400.
Duración: 3h30m – 4h. Nosotros tardamos unas 6 horas teniendo en cuenta que realizamos múltiples paradas y que en el grupo íbamos con niños, incluida una campeona de 5 años. Mi previsión era hacerla con niños desde 7 años o 6 si estaban acostumbrados a andar. En todo caso, la única parte un poco más «durilla» se encuentra al principio y se puede dividir en tres tramos que antes de que nos demos cuenta, finalizan alcanzando el Alto de la Fuenfría. Si niños y adultos vamos entretenidos, todo se hace más fácil…
Lugar de inicio: Dehesas de Cercedilla, Madrid (España).
Circular: Sí.
Dificultad técnica: Baja.
Índice IBP: 68.

Nuestra Senda.
Después de las presentaciones, de un breve «briefing» sobre la ruta a realizar y de hacer notar que en términos legales, la responsabilidad de un grupo de senderismo (aunque el mismo sea solo de amigos) siempre pertenece al convocante y/o guía benévolo de la expedición (tema complejo que analizaré en otra ocasión), llegamos hasta el Puente del Descalzo. Este puente, construido sobre el que fue romano en origen, me sirve como punto de partida para mostrar un mapa con las hectáreas que pertenecen oficialmente al Parque Nacional y a la zona periférica de protección (en la que ahora nos encontramos).

Para crear perspectiva del lugar, es un buen momento para posicionar a los senderistas más jóvenes del grupo, de forma que tengamos un esquema a baja escala de las diferentes montañas del Valle de la Fuenfría. Antes de continuar y como nota sobre equipamiento, recuerdo la importancia del uso de bastones de senderismo como apoyo en las caminatas y las diferencias que existen entre los bastones de la disciplina de marcha nórdica que se está poniendo cada vez más de moda. Comienza nuestro primer tramo de subida por la Calzada Borbónica.

En la Pradera de los Corralillos está nuestra siguiente parada. Como importante cruce de caminos, en este punto podemos ver entre otras sendas, el paso del Camino de Santiago de Madrid. Hay que tener en cuenta que los ciclistas deberían seguir el Camino por La Carretera de la República y en general la importancia de no salirse de los caminos ya señalizados para evitar la erosión. Antes de seguir la senda, cierro los apuntes sobre equipamiento resumiendo la ropa que debemos llevar para evitar la pérdida de calor en la montaña: una primera capa que no empape (como una camiseta técnica), una segunda capa que abrigue (como un forro polar) y una tercera que evite que nos mojemos con la lluvia pero que a la vez nos permita transpirar (como un «cortavientos» impermeable).

Siguiendo las flechas amarillas del Camino de Santiago, llegamos hasta el Puente de Enmedio. Para mí y por el contenido de la charla en este punto, ésta es probablemente la parada más importante del día. En primer lugar, la mayor parte del grupo desconoce (como yo hace unos años) que el camino por el que hemos llegado hasta este puente no es la Calzada Romana (Vía XXIV de Antonino), sino que es la Calzada Borbónica (construida en algunos tramos sobre la primera en la época de Felipe V para ir hasta el Palacio de la Granja). Más adelante, podremos comprobar como ambas calzadas se cruzan antes y después de la «Cuesta del Reventón» (en un próximo post publicaré el trazado de la Calzada Romana para concretar mejor la diferencia).

Por otro lado y antes de terminar nuestro pequeño ascenso, llamo la atención de los más pequeños comentando algunas de las catástrofes medio ambientales provocadas por la estupidez humana que más me han impactado durante mis viajes con Vir (como por ejemplo el cambio de color de la Morning Glory Pool en Yellowstone). Y finalmente, recuerdo a todos que ningún desecho (sea biodegradable o no) debe dejar huella de nuestro paso en la montaña.

El grupo alcanza por fin otro de los cruces de caminos más importantes: el Alto de la Fuenfría. Con mi querido Montón de Trigo de fondo, es un buen momento para contar (reconozco que a mi modo), la leyenda sobre la formación de esta magnífica montaña. El cómodo descenso comienza y una breve parada en el Mirador de la Reina me sirve para que podamos reconocer las montañas del valle: Cerro Minguete, Peña Bercial, Peña del Águila y la Peñota. Una breve explicación más sobre el origen de la Carretera de la República y continuamos nuestro paseo.

Unos kilómetros más abajo llegamos al Reloj de Sol de Cela. Son las 2 de la tarde, buen momento para comer algo y para que yo deje de acaparar al grupo con mis historias no sin antes recordar la cantidad de accidentes evitables que se siguen produciendo en zonas más o menos turísticas como puede ser el Macizo de Peñalara. Una manta de emergencia, un silbato, una linterna/frontal, sistema de guiado, etc. Son algunos complementos que deberíamos llevar siempre con nosotros.

Marta comenta que una vez se apuntó a una ruta de un club de senderismo que calificaba el trek de Cuerda Larga como fácil. Por famosa que sea, yo no calificaría nunca esta ruta como sencilla sin más… Hablamos en este momento del sistema MIDE y del índice IBP, ya que ambos nos pueden ayudar a conocer mejor la dificultad de las sendas que queramos realizar. La siempre espectacular panorámica del Mirador de los Poetas es el último gran aliciente de nuestro camino. Ahora solo queda volver hasta las Dehesas y disfrutar de la mejor parte: la tortilla de patatas que ha hecho Álvaro.

Bonita experiencia y sobretodo muy divertida. Quedan muchas cosas aún que entre todos podemos aprender de la Sierra del Guadarrama y de nuestra actitud en la montaña… Pero no está nada mal para empezar y me quedo con la sensación de que actividades como esta pueden conseguir mejorar la protección de nuestra Sierra y aumentar la concienciación de las generaciones futuras para el cuidado del medio ambiente.
Track.
Más Imágenes.
* Las siguientes fotografías son parte del amplio reportaje de la ruta realizado por Paloma Saiz.











