Situado en una preciosa encrucijada rojiza, Castrillo de los Polvazares es uno de los pueblos más bonitos de España. No perdáis la ocasión de dar un largo y tranquilo paseo por este pequeño pueblo leonés en la comarca de la Maragatería.
Castrillo de los Polvazares me parece un pueblo singular porque siendo como es, uno de los municipios más bonitos de España, no presenta la típica estampa de pueblo de costa o de montaña, sino que representa como pocos la fusión con el terreno que le rodea, una llanura de tierra rojiza que queda plasmada en cada una de las casas de piedra que delimitan la calle Real y los callejones aledaños a la misma.
Castrillo de los Polvazares.
Castrillo se encuentra en la comarca de la Maragatería a poco más de 5 km de Astorga (municipio al que pertenece) y muy cerca por tanto de la autovía A-6.
Esta localidad y otros pueblos de la zona como Valdespino de Somoza, son una buena opción para dedicar al menos media jornada y disfrutar de la arquitectura típica o del famoso cocido maragato.
Poco más de 100 habitantes son los censados en este pequeño pueblo que basa su economía principalmente en la gastronomía y la venta de artesanía.
Cómo llegar.
Dejando la autovía A-6 y recorriendo unos pocos kilómetros por la carretera LE-142, llegaremos a Castrillo.
Lo mejor para visitar Castrillo de los Polvazares es dejar el coche en el aparcamiento habilitado a la entrada y dejarse llevar por las calles principales, sin olvidarse de los callejones más estrechos que en función de la posición del sol según la hora del día, nos pueden brindar cuadros perfectos para capturar con la cámara de fotos.
El cocido maragato.
«De sobrar que sobre la sopa»… Este dicho resume la peculiaridad maragata de un guiso tan extendido en la geografía española. Carnes, garbanzos con verduras y sopa de fideos suelen agruparse para formar un contundente plato que se come en dicho orden, al revés que en la mayor parte de la geografía española.
Camino de Santiago Francés.
El Camino Francés es el más conocido y transitado por todos los peregrinos. A pesar de la tradición arriera e histórica del pueblo, la etapa del Camino que parte de Astorga no pasa directamente por Castrillo de los Polvazares. Sin embargo, el peregrino puede desviarse sumando unos pocos kilómetros más a la ruta y atravesar el pueblo.

Creo que es una alternativa imprescindible para darle un toque especial a la ruta. Al final de Castrillo, junto a una zona de pistas deportivas, un cartel nos indica la senda que debemos tomar para retomar la dirección “oficial” a Santiago.
Qué Ver.
Más allá de la visita imprescindible al pueblo, detenerse en los puestos de artesanos, perderse entre las callejuelas aledañas a la calle Real, visitar la Iglesia de Santa María Magdalena… Nosotros (para no variar 😉 ), aprovechamos la visita para estirar un poco las piernas y dar un paseo por los alrededores.

Nuestra Senda.
No recuerdo la cantidad de veces que habíamos pasado ya por la autovía A6 a la altura de Astorga y siempre me decía… Algún día tenemos que desviarnos para visitar Castrillo de los Polvazares. Finalmente ese día llegó un soleado domingo de febrero después de varios días intensos de senderismo por la comarca de El Bierzo.
El plan matutino era realizar una ruta más por los Puentes de Malpaso en el municipio de Molinaseca. Pero decidimos dejarlo para otra ocasión y terminar el viaje con un paseo más tranquilo. Para tal fin, los llanos que rodean Castrillo de los Polvazares eran la opción perfecta. Además, al ser temporada baja después de unos días de mal tiempo, estuvimos recorriendo prácticamente solos las calles del pueblo, algo que mejora notablemente las fotografías y la sensación de “paz”.
Una vez dejamos el coche en el aparcamiento a la entrada de Castrillo, nos enfilamos por la calle Real, principal arteria de este pequeño pueblo, y caminamos despacio disfrutando de la arquitectura de las casas y comercios que se apilan a los lados. Aún es muy temprano pero los restaurantes ya han preparado los carteles anunciando el menú cuyo principal reclamo es (como no) el cocido maragato.
Al llegar al final de la calle Real, ésta se divide en las calles Juan José Cano y Juan Botas Roldán. Seguimos por la primera hasta salirnos del pueblo donde han construido unas modernas pistas deportivas. Desde este punto existen multitud de caminos rurales para seguir el paseo. Continuamos por una señal que indica la dirección para enlazar con el Camino de Santiago, pero pronto abandonamos esta senda, para continuar por una pista de frente y alejarnos un poco más y de esta manera soltar a Bruce de su correa y que aproveche para hacer las últimas carreras de este viaje.
La senda es totalmente llana y sin baches, ideal para hacer con niños… Además, el color rojizo del suelo presenta un contraste precioso con el sol de mediodía.
En un cruce giramos a la derecha y empezamos el camino de vuelta a Castrillo por esta inventada “rutilla” circular. Al llegar a la altura del pueblo, vemos que hay un sendero que lo rodea por un lado a lo largo del Arroyo de Val Seco y lo seguimos hasta un parque. Desde aquí, entramos de nuevo al centro por una de las calles laterales y nos acercamos hasta la Parroquia dedicada a Santa María Magdalena y la Plaza de Concha Espín poniendo así fin a nuestra visita.
El Paseo.
Podéis ver en este mapa el track de nuestro paseo desde que salimos del pueblo para caminar por el entorno hasta que regresamos al coche: