Una de las rutas más completas en la comarca de El Bierzo que viene acompañada del paso por dos de los pueblos más bonitos de la provincia leonesa.
La comarca.
El Valle del Silencio, cuya mejor representación «pizarra» está encabezada por el magnífico (y ahora más turístico) pueblo de Peñalba de Santiago, está situado al sureste de El Bierzo leonés, como parte de la cuenca del río Oza. Forma parte a su vez de la Tebaida Leonesa o Tebaida Berciana, región declarada Bien de Interés Cultural dentro del municipio de Ponferrada.
Montes de Valdueza.
A lo largo de la ruta que presento en este artículo, pasaremos primero por Montes de Valdueza. Esta localidad es un buen ejemplo de la arquitectura típica de la zona y nos pareció estar un poco más detenida en el tiempo, es decir, las casas parecían más auténticas y el lugar menos absorbido por el turismo. Ya sea a pie o en coche, no dejéis de dar un paseo por este bonito pueblo hasta llegar, casi al final de su término, al histórico Monasterio de San Pedro de Montes.

Peñalba de Santiago.
Continuaremos al muy conocido pueblo de Peñalba de Santiago. La primera vez que visitamos esta localidad era un día gris acompañado de lluvia intermitente. En estas condiciones, me daba la sensación de que potenciaba el color oscuro dado por la piedra y pizarra de la arquitectura típica de las casas de El Bierzo.
En aquella ocasión, nos habíamos dirigido directamente a Peñalba y aparcado en la entrada del pueblo. Dimos un paseo y entramos en la iglesia (iglesia de Santiago de Peñalba, joya arquitectónica del arte mozárabe) donde una chica ofrecía contarnos la historia del pueblo a cambio de un euro. No parecía muy oficial su ofrecimiento como guía, pero tengo que decir que nos habíamos dejado la cartera en el coche e igualmente nos dedicó unos minutos. Nos animó a subir hasta la Cueva de San Genadio (en la cual el santo pasaba largas temporadas meditando), pero no estaba el día para pasar mucho tiempo en el exterior.

Esta vez nuestra suerte cambió y el día amaneció soleado. Hicimos un paso más rápido por el pueblo ya que veníamos caminando (precisamente desde la Cueva de San Genadio) y aún nos quedaban kilómetros por delante. Aún así, nos dio tiempo a ver la estampa de Peñalba de otro modo y entrar en la iglesia que estaba vacía y tenía una plancha de madera en el suelo para evitar el desgaste en la piedra.

Peñalba de Santiago pertenece a la asociación de “Los Pueblos más bonitos de España”.
>> Otros ejemplos de la agrupación Los Pueblos más bonitos de España: Mogarraz (Salamanca), Urueña (Valladolid) o Frías (Burgos).
La Ruta.
El trazado de nuestra ruta se corresponde con el PR-LE 14. Además le añadimos la variante en ida y vuelta a la Cueva San Genadio. Cuando consulté el perfil y el mapa de la senda, pensé que sería mejor empezar desde la zona de Herrerías (pasado el depósito de aguas según se va en dirección a Peñalba de Santiago, donde hay un saliente para aparcar el coche). De este modo, la parte de ascenso la haríamos en la primera parte de la ruta, regresando de forma más tendida y cómoda desde Peñalba.
Duración: 6-7h.
Lugar de inicio: Cruce de la carretera y el río Oza a la altura de Herrerías de Montes, comarca del Bierzo (León), España. Hay sitio para un par de coches en un saliente de la carretera.
Circular: Sí.
Dificultad: Media. Hay que cruzar algún torrente de agua que según la época puede ir con bastante fuerza. Además, y aunque técnicamente no es complicada, hay una rampa considerable entre el km 5 y el 6.
Desnivel acumulado (m): 500.
Señalización: Hay varios postes en los hitos principales con señales que indican la dirección a seguir.
Alternativas: La ruta es circular y se puede empezar desde varios puntos. Como comentaba más arriba, nosotros lo hicimos de este modo para terminar en la parte más llana. Otra opción interesante es empezar desde Montes de Valdueza donde hay un aparcamiento a la entrada y nos permitirá salvar la parte más dura de la ruta al comienzo de la misma.
Destacado: Paisaje del Valle del Silencio, cueva histórica de San Genadio, pueblos pintorescos.
Track.
Nuestra Senda.
¡Y se abrió el sol en El Bierzo! Algo impensable si nos lo hubieran dicho días atrás dadas las previsiones meteorológicas… El lugar apuntando en el mapa para aparcar estaba libre (como era de esperar), así que dejamos el coche y después de echarnos crema solar y unos estiramientos, tomamos el camino en dirección a Montes de Valdueza.
Comenzamos por un camino irregular lleno de restos de pizarra en el suelo, algo lógico en esta zona. La primera subida es sostenida y sin ser dura, nos sirve para ir haciendo piernas. Al pasar una curva, distingo lo que parecen un par de cabras montesas escalando a lo lejos.
Continuamos llaneando un poco entre un bosque más cerrado entre pinos y encinas que poco a poco se abre dejándonos ver el valle. Cruzamos con cuidado un riachuelo sobre grandes rocas resbaladizas y tras un nuevo giro a la derecha ya nos esperan las primeras casas de Montes de Valdueza al fondo. Otra pequeña subida nos deja a la entrada del pueblo. Hemos llegado antes de lo que pensábamos a nuestro primer objetivo del día (km 2,5).
Comenzamos a atravesar el pueblo en dirección al monasterio de San Pedro de Montes, situado a una cota más baja en la parte final del mismo. Paramos varias veces admirando los balcones de madera de las casas y los pasadizos que se forman en las callejuelas. Montes de Valdueza es muy pequeño, tiene poco más de dos calles a lo largo, pero al mismo tiempo nos da la sensación de estar recorriendo uno de los pueblos más auténticos de El Bierzo. A estas horas de la mañana somos los únicos que nos hemos aventurado a pasar por aquí.
Son las once menos cuarto y el monasterio estaba cerrado (creo que abren a las 11), así que continuamos dejando atrás el pueblo y tras un cruce, comienza un nuevo ascenso hacia Peñalba de Santiago que pronto vuelve a llanear. Este tramo es el que más nos gusta. Han desaparecido los postes eléctricos y tenemos las mejores vistas del valle. A lo lejos se distingue un camino muy empinado que cruza el monte y nos anuncia lo que nos espera. Pero primero descendemos hasta el río que en el mapa nos indica que se conoce como arroyo de Pico Tuerto. Baja con fuerza y nos cuesta un poco cruzarlo, pero una vez salvado y tras una breve parada para estirar un poco, empieza la parte que requiere más esfuerzo de toda de la ruta.
Se trata de una ascensión dura y sostenida con un desnivel del 25 %. Salvando las distancias, por momentos nos recuerda a la parte final del pico Skolio en el Monte Olimpo griego. Un cartel indica bajada peligrosa en sentido contrario, pero por fin alcanzamos la cota más alta del trek ya con vistas a Peñalba de Santiago (km 6). Son las 13.50 y la panorámica invita a sentarse un rato y comer algo.
Tras un merecido descanso, comenzamos el descenso y hacemos el desvío de la ruta oficial para ir a la Cueva de San Genadio que no visitamos en nuestra anterior visita a Peñalba. Esto suma dos kilómetros más a nuestro track y será la última ascensión reseñable del día. Tras visitar la cueva y firmar en el libro de visitas que hay junto al altar, ya algo cansados nos dirigimos a Peñalba de Santiago (km 11,5), donde antes de visitar la iglesia, nos damos un respiro. Aunque no hace excesivo calor, el sol empieza a pegar e invita a buscar alguna sombra.
Nos gustó más el pueblo cuando lo visitamos la anterior vez nublado y con neblina, el contraste con la pizarra lo hacía parecer más intenso. Aunque puede que también sea porque nos está afectando el cansancio. Está tan bien conservado de cara al turismo que casi parece de mentira, lo que no quita que los balcones y callejones sean muy bonitos y sin duda sea una visita imprescindible durante un viaje por El Bierzo.

Una anécdota final nos acompañará hasta el retorno, donde comenzamos la ruta hace ya unas 6 horas. A la salida de Peñalba, hay un pequeño tramo por carretera en el que un perro pequeño andaba dando vueltas como si estuviera perdido. Desde este punto, empieza un sendero bastante cómodo salpicado de castaños. Íbamos con nuestro perro Bruce, así que se nos pegó durante el camino. Pensé que era de alguien del pueblo, así que intenté hacer que se diera la vuelta, pero se pensaba que queríamos jugar con él… En el collar llevaba una chapa que ponía Vicente y un número de teléfono. Empezamos a bromear si era el nombre del dueño o del perro, pero visto que su intención era seguir con nosotros allá donde fuera que fuésemos, pensamos que lo mejor era llamar. Vir habló con el dueño y le dijo que podíamos esperarlo en Herrerías. Le tuvimos que ayudar a cruzar por el puente metálico del depósito de aguas, justo al final del trek. Lo cierto es que acabamos cogiéndole cariño y nos dio cierta pena cuando lo devolvimos a sus agradecidos dueños, dos cazadores que habían salido al monte por la mañana.
De vuelta, paramos en Bembibre para comprar una empanada para la cena y “pillamos” al pueblo en una auténtica fiesta de carnavales, con cabalgata incluida. Ya en nuestro alojamiento del pequeño pueblo de Arlanza pudimos descansar satisfechos por haber podido completar un gran día de senderismo.
Vídeo.
Un minuto de senderos por Las Médulas, las Fuentes Medicinales y la Tebaida Berciana.
Galería.
