En el Pirineo Aragonés, pegado al Valle de Broto y próximo al Valle de Ordesa, se encuentra esta comarca del Valle del Sorrosal. La cabecera del río Sorrosal nos presenta la típica imagen de un valle tal y como lo dibujábamos cuando éramos niños.
De Senda por el Valle del Sorrosal.
Nuestra visita invernal a los alrededores del Parque Nacional de Ordesa terminó con una ruta no planificada por los comienzos del Barranco del Sorrosal. Ya habíamos tenido la oportunidad de visitar la cascada del Sorrosal a las afueras del pueblo de Broto (parece mentira que este impresionante salto de agua se pueda secar en verano) justo antes de desembocar en el río Ara. Esta cascada es muy famosa por la vía ferrata que la acompaña.

Unos kilómetros más arriba de donde se encuentran la cascada y la vía ferrata, por encima del pueblo de Viu y muy cerca de la bonita iglesia de San Miguel en la localidad de Linás de Broto, parte junto a un puente el camino que remonta la cabecera del río Sorrosal. El sendero nos llevará en ascenso a un lado del barranco en la ida y de regreso por la vereda contraria del río.
La Ruta.
Después de una caminata (un 4 de enero) por los alrededores de Torla y el Valle de Ordesa, nos acercamos hasta Linás de Broto para comprobar hasta dónde llegaba la nieve en la cabecera del río Sorrosal. Al día siguiente solo teníamos unas horas antes de viajar hacia Zaragoza para pasar la noche de Reyes así que no queríamos hacer un trek demasiado cansado.

La imagen del valle nos enamoró y parecía que la cota de nieve estaba en torno a los 1400-1500 metros (el inicio se sitúa en unos 1250 metros y el regreso previsto en 1600). Decidimos que teníamos que volver para probar y ver hasta dónde podíamos llegar. Apetecía volver a pisar un poco de nieve para despedirnos de los Pirineos hasta otra ocasión, pero no durante todo el sendero porque acabaríamos agotados después de llevar varios días de sendas…
A la mañana siguiente, el cielo estaba bastante nublado pero la niebla solo cubría las cimas de las montañas que encierran el valle. Había nieve que se podía pisar bien y que llegaba a 30 cm como mucho (mejor llevar polainas). No tenía sentido usar raquetas pues los tramos de nieve eran intermitentes y se combinaban con zonas de tierra y barro. También había algunos tramos de hielo en la pista del camino de vuelta que se podían sortear. El ascenso y descenso de regreso a lo largo de la ruta fue bastante suave aunque algo fatigado por la cantidad de nieve acumulada en algunos puntos. Encontramos más nieve en la parte final que nos complicó un poco encontrar el cruce del camino de regreso, pues en algunas partes el camino se confundía con el curso de riachuelos. Pero finalmente lo vimos sin problemas. A cambio, estas condiciones un poco más complicadas nos permitieron ver el valle en un momento fantástico, con una gran cantidad de saltos de agua que rompían con fuerza sobre el curso del río.

Nuestro objetivo, en función de la cantidad de nieve, era llegar hasta el puente A Pasata que cruza al otro lado del barranco para volver por el lado contrario. Si el camino estaba demasiado complicado podríamos cruzar antes por el puente del Sarecho, aunque la ruta se quedaría en un paseo de menos de dos horas.
Lo que no esperábamos era encontrarnos con la preciosa cascada justo antes del cruce para tomar el camino de regreso. Desde este punto, con más tiempo y un clima más benévolo se puede alargar el trek subiendo a alguna de las cimas del entorno (como el Pico Tendeñera) o simplemente siguiendo por un camino circular que pasa por los refugios de la cabecera del valle.
Duración: 3h-3h30m.
Lugar de inicio: Linás de Broto, Huesca, España.
Circular: Sí.
Dificultad: Baja. Pero en invierno depende mucho del clima pues en la última parte se puede acumular mucha nieve. También hay que estar atentos cuando se mete mucha niebla.
Desnivel acumulado (m): 335.
Señalización: No hay muchas indicaciones, pero el camino es fácil de seguir.
Destacado: Saltos de agua, panorámicas del valle.
Nuestra Senda.
Aunque se deja ver algún claro, hoy el día ha amanecido bastante cubierto y las nubes se agarran a todas las montañas del Valle del Sorrosal. Afortunadamente no dan lluvia hasta el mediodía, así que a las 9.30 aparcamos el coche en el aparcamiento que hay nada más cruzar el puente previo a entrar en Linás de Broto. Comenzamos a caminar por una senda empedrada de unos 2 metros de ancho. Una indicación a Soaso a la derecha nos enfila directos hacia la cabecera del valle.
Desde el comienzo sentimos que es uno de los caminos más bellos que hemos hecho por Pirineos. Según nos vamos adentrando en el barranco se va haciendo más impactante la imagen de las montañas nevadas al fondo. Empezamos a pisar tramos de nieve antes de lo esperado pero está suficientemente blanda como para clavar bien el talón y no perder el equilibrio. Hace días que no pasa nadie por aquí y por eso solo nos hundimos un poco en rincones donde se ha acumulado bastante nieve y no se puede saber la profundidad antes de pisar.
A pesar de las condiciones del terreno, vamos a buen ritmo y al llegar a la altura del puente del Sarecho en lugar de desviarnos continuamos de frente. Tampoco parece que la niebla vaya a bajar a nuestra altura… Menos mal que hemos seguido caminando porque el río del Sorrosal está en este tramo mucho más cerca y el camino es aún más bonito. Llegamos a una curva que hace de mirador natural sobre el valle y descendemos por una pista donde cada vez se acumula más nieve.
Tras pasar algunos saltos de agua que bajan con bastante fuerza y salvar alguna subida más sostenida, llegamos al bello puente de A Pasata. Este puente de piedra caliza reconstruido en 2014 une ambos márgenes del Barranco del Sorrosal.

Para continuar el trek no nos queda otra que mojarnos los pies, ya que el sendero se ha convertido en riachuelo durante un buen tramo. Antes de girar a la derecha para tomar el camino de vuelta por el margen contrario del barranco, vemos la señal que indica “Cascadas” y entonces observamos la joya final que nos tenía preparado el Barranco del Sorrosal y que no esperábamos encontrarnos. Una gran cascada escalonada sobre piedra baja espectacular delante nuestra. No se puede considerar un salto de agua como tal, pues el agua baja pegada a la roca hasta desembocar en una poza del curso del río y es precisamente esta distinción lo que hace que apreciemos aún más su belleza.
Aunque por la cantidad de barro, agua y nieve nos despistamos un poco, finalmente encontramos la pista que lleva de vuelta y en la que volveremos a tener el río a mano derecha pero esta vez en descenso. Regresamos a buen paso y encontramos un desvío para dejar la pista (señal “Linás, por Puente Sorrosal») y bajar por un camino más estrecho que junto al río nos deja en el puente donde comenzamos la ruta. Nada más montarnos en el coche empieza a llover… Hoy nos ha salido todo a pedir de boca.
