Caminata circular por etapas íntegramente por la Serranía del Turia valenciana, colindando con Cuenca y Teruel.
Aunque he hecho muchos tramos de senderos de gran recorrido (GR), incluso varias etapas de algunos, tenía pendiente poder realizar uno completo… Tras buscar varias opciones encontré el GR-37 que reunía las condiciones perfectas para alcanzar mi objetivo: es circular, se puede completar en solo 3 días y recorre una zona que no había visitado antes. La comarca de La Serranía (o Los Serranos) es un buen ejemplo de que la Comunidad Valenciana es una de las regiones más montañosas de España aunque sean las playas las que se lleven «todos los focos».
>> También en la comarca de Los Serranos visitamos: Chulilla, el Cañón del Turia y sus puentes colgantes.
Los senderos GR.
En la jerga del senderismo los senderos GR, PR y SL son un término muy común. Sin embargo, cuando lo comento con algún amigo que no esté muy iniciado en el mundillo, o bien no lo conoce o no sabe la diferencia entre este tipo de senderos:
- Los senderos GR (Gran Recorrido) son homologados por alguna federación y cubren más de 50 km en varias etapas. Se señalizan con marcas de color blanco y rojo.
- Los senderos PR (Pequeño Recorrido) tienen entre 10 y 50 kilómetros y son señalizados con marcas blancas y amarillas.
- Los senderos SL (Sendero Local) tienen menos de 10 kilómetros y se identifican con señales blancas y verdes.

La Ruta.
El sendero GR-37 cubre algo más de 66 km circulares atravesando los pueblos de Titaguas, Alpuente, La Yesa, Losilla y Aras de Olmos. El trazado que encontraremos es principalmente un camino rural que comunican zonas agrícolas de los diferentes pueblos y aldeas, así como caminos más estrechos que cruzan el monte y donde por momentos es difícil seguir la ruta correcta.

Varios de los pueblos tienen un encanto especial, como las entradas a los municipios de Aras de los Olmos o Alpuente. Nos encontramos también con vestigios de los primeros asentamientos humanos en la zona, como son las pinturas rupestres del Tío Escribano y con pequeñas aldeas habitadas durante el siglo XX y que hoy han quedado en ruinas o abandonadas.
Duración: 3 días.
Lugar de inicio: Titaguas (Valencia), España. Al ser circular se puede empezar en cualquiera de los pueblos que atraviesa.
Circular: Sí.
Dificultad: Baja.
Firme: Casi todo el tiempo por pistas o caminos de tierra, no se pisa casi nada el asfalto (más allá de las calles de los pueblos).
Desnivel acumulado (m): 1700.
Señalización: Señales blancas y rojas del GR, pero no están bien mantenidas en todos los tramos. Mejor llevar GPS para asegurar.
Destacado: Pinturas rupestres, el paisaje entre pistas rurales de tierra con cultivos de viñas y almendros a los lados, la bajada y subida al barranco de Alpuente, todo el camino desde La Cuevarruz hasta la Peña de San Miguel con las vistas de La Serranía en la ascensión, el paso por el barranco del Regajo y las inmensas praderas de cultivo en el camino de Aras a Titaguas.
Track.
Nuestra Senda.
Nosotros hicimos este recorrido los tres últimos días de abril de 2018. Tenía miedo por el calor pero finalmente fue bastante llevadero, hasta el punto de que cambió radicalmente de un día a otro en el que nos llegó a caer algún copo de nieve en las cotas más altas.
Las etapas quedaron de la siguiente forma:
- Titaguas – La Cuevarruz. 30km. Salida a las 8:30 y llegada a las 17.45.
- La Cuevarruz – Aras de los Olmos. 23km. Salida a las 8:00 y llegada a las 14.30.
- Aras de los Olmos – Titaguas. 14km. Salida a las 9.45 y llegada a las 13.30.
Alojamiento.

La distancia recorrida cada día quedó descompensada por la imposibilidad de encontrar alojamiento en otros puntos del recorrido. De esta forma la primera noche antes de empezar dormimos en Titaguas en Casa Abuelina. Después nos alojaríamos en El Cau dels Somnis en La Cuevarruz. Finalmente, pasaríamos la última noche en el hotel Aras Rural. Por relación calidad/precio, destacaría Casa Abuelina y Aras Rural.
Etapa 1: Titaguas – La Cuevarruz.

Al atardecer del día anterior a empezar el GR dimos un paseo por Titaguas, viendo las casas antiguas, algunas hoy reconstruidas. Lo que más nos gustó fue la plaza del Ayuntamiento con la iglesia a un lado y el monte de fondo. El caso es que como ya habíamos visitado Titaguas, a la mañana siguiente, alrededor de las 8:30 del sábado, empezamos a caminar directamente por el GR-37, partiendo desde la entrada del pueblo.
Siguiendo las señales y en ligero ascenso, dejamos Titaguas por una pista que se cruza con la carretera. A la izquierda tomamos el desvío hacia las pinturas rupestres. Aquí el camino se estrecha, el bosque se cierra y el paisaje cambia completamente según nos adentramos en el monte.

Tras visitar el abrigo de las Pinturas Rupestres del Tío Escribano, continuamos subiendo dejando atrás unas bonitas vistas de La Serranía. Al llegar a los Corrales Hoya del Hacha, donde antiguamente se resguardaba el ganado, en un cruce volvemos a tomar una pista larga y cómoda que nos llevará a la aldea de Baldovar. A ambos lados del camino y bajo un cielo precioso salpicado de nubes, podemos ver diferentes fincas abiertas con olivos, viñedos y almendros entre otros campos de cultivo.

Pasado Baldovar, llegamos al sorprendente Acueducto de los Arcos. Por su vera continuamos para tomar dirección sur, pasando primero por Las Eras (o aldea del Obispo Hernández) y llegando a Alpuente después. Ambas entradas a los dos pueblos tienen una perspectiva fotográfica muy bonita, aunque la de Alpuente con su castillo y el barranco a la espalda es mucho más conocida.

Las señales del GR se pierden un rato al entrar en Alpuente. Son las 12:00 y aprovechamos para comprar unos bocadillos que comeremos más tarde. De vuelta al camino, bajamos por un ziz-zag al barranco de Alpuente, lo cruzamos y volvemos a subir. Uno de los monumentos naturales más bonitos de toda la senda.

Dejando atrás el barranco, de nuevo el camino se ensancha y pronto vemos La Yesa, nuestro siguiente hito que divisamos a lo lejos y está esperándonos rodeada por un magnífico paraje. Desde la Ermita de San Juan, tomamos una pista de asfalto y llegamos a La Yesa. Junto a la iglesia hay un bar de los típicos de pueblo «de toda la vida» y en su terraza nos tomamos un merecido descanso.
Tras reponer fuerzas y después de más de 20 km andados, sabemos que nos espera la parte que se nos va a hacer más larga. Saliendo del pueblo y tras pasar por una antigua fábrica de alcohol en ruinas y un actual lavadero de caolín, que me recordaba (salvando un abismo de distancias) a la cal que se formaba en el desierto blanco de Egipto, seguimos por un camino encajonado junto al cauce seco de un río. Quizás esta sea la parte menos bonita de la etapa y el poco mantenimiento del camino, teniendo que estar con mil ojos porque las señales se pierden entre la maleza, no ayuda.

La monotonía del encinar que nos acompaña los últimos kilómetros se rompe cuando cruzamos por la pista del aeródromo de la Yesa. Por un momento me recuerda (otra vez salvando las distancias) a las pistas de aterrizaje del Parque Nacional de Moremi en Botswana. Desde aquí, pensábamos que nos quedaba 1 hora, pero el sendero se pierde en muchos tramos y las señales del GR (cuando las hay) nos llevan literalmente campo a través. Lo cierto es que el camino está bonito pero estamos ya muy cansados y no nos gustaría perdernos… Y aunque tenemos algún amago de dejar el camino, finalmente alcanzamos la aldea de Cuevarruz tras 9 horas y 30 km de esfuerzo.

Etapa 2: La Cuevarruz – Aras de los Olmos.
Tras una cena a base de pasta de sobre y un desayuno más bien pobre pero energético (es lo que tiene viajar con “la casa a cuestas”), a las 8:00 dejamos nuestra casa rural en Cuevarruz. Por encima de nosotros, un cielo totalmente encapotado y por los costados un viento fuerte a ráfagas. La equipación veraniega de ayer deja paso a toda la ropa de abrigo de la que disponemos. Las condiciones son más complicadas pero el camino empieza siendo más atractivo.
Las señales rojas y blancas se ven hoy más fácilmente. Toda la senda recorrida hasta llegar a La Torre nos ha gustado bastante y la hemos podido disfrutar sin lluvia. Caminos rurales con bastante encanto, bosques húmedos y algún que otro tramo encajonados entre pequeños barrancos pero en general con un paisaje más abierto. Hemos pasado también un par de aldeas abandonadas, signo de que estábamos en la zona más remota de toda la ruta.
Tras pasar el pequeño pueblo de La Torre, la cosa cambia y se puede decir que entramos en el único tramo que puede considerarse más montañoso de todo el recorrido. Desde aquí comenzamos por un estrecho camino en ziz-zag la ascensión a la Peña de San Miguel. Es una subida sencilla en la que es fácil seguir las señales a pesar de la cantidad de senderos que se entrecruzan. Lo importante es fijarnos en el paisaje que tenemos a nuestra espalda, la mejor panorámica de todo el GR, con unas vistas fantásticas y profundas de La Serranía.
Al llegar al cordal montañoso que seguiremos varios kilómetros, nos empieza a granizar con fuerza. En estos momentos, jugamos a caminar uno por Valencia y el otro por Teruel, pues estamos bordeando la frontera entre ambas provincias. El descenso hasta el pueblo de La Losilla se nos hace largo debido al mal tiempo, pero cuando por fin llegamos, el frío y la lluvia nos dan un respiro y podemos hacer la única parada un poco larga de la jornada junto a un impresionante mirador en la parte baja de esta aldea.

La continuación del camino la realizamos compartiendo ruta con un sendero local basado en la geología de los alrededores de La Losilla. Según nos vamos alejando de esta zona, tenemos la sensación de que el entorno va cambiando de más montañoso y “salvaje” a más rural y con fincas agrícolas a los lados… De hecho cuando divisamos Aras de los Olmos aún nos quedan 4-5 km por una eterna pista de tierra y grava. Una vez en nuestro destino, a las 14:30, tras 6h30m y 23 km de etapa, nos dirigimos directos al bar que hay en la Plaza del Olmo para reponer fuerzas. Solo nos queda llegar al hotel Aras Rural y poder quitarnos las zapatillas de trekking…

Aunque la última parte ha sido más monótona, sin duda esta ha sido la etapa más bonita.
Etapa 3. Aras de los Olmos – Titaguas.
Último esfuerzo y completaremos el círculo… Esta vez no lo tomamos con más calma y tras desayunar e intentar descansar un poco más, empezamos a caminar a las 9:45. Una señal junto al hotel nos indica 3h hasta Titaguas. Me parece muy optimista, pero empezamos a andar con fuerza la pequeña subida inicial. Parece que las señales del GR han sido repasadas y se ven bastante bien. El sendero es cerrado la mayor parte del tiempo entre pinos, arbustos y abetos.
A mitad de etapa aproximadamente, cruzamos por la parte baja de un pequeño cañón por el que corre un riachuelo rojizo. Es el Barranco del Regajo, una de las imágenes más espectaculares de hoy. Al salir del barranco nos desviamos del camino unos 500 metros siguiendo la ascensión por una pista forestal que parecía la ruta correcta. Y es que hoy no podemos quejarnos de las señales pero claro cuando un pino crece más de lo esperado justo delante de un aspa que indica que no continúes… Bueno, ¿tampoco es para tanto hacer un kilómetro más no? (Vir y sus pies no piensan lo mismo 🙂 ).

Tras cruzar por varios tramos de caminos estrechos que atraviesan varias fincas, pasamos por otro de los lugares más bellos de toda la ruta: varias hectáreas consecutivas de campos de cultivo que forman inmensas praderas en varios tonos distintos de verde. También nos acercamos a ver el fruto que los almendros están formando tras dejar la floración no muchos días atrás.
Cuando quedan poco más de 3 kilómetros para acabar, volvemos a perder el GR, esta vez por escasa señalización. Aunque mirando el mapa, lo enlazamos más adelante desde una carretera por la que no parecen pasar muchos coches. Entramos en Titaguas por la zona del polideportivo y terminamos nuestra aventura en la Plaza de los Graneros tras 4h más de poner un pie tras otro.
Con el reto conseguido y satisfechos por la experiencia, en lo único que podemos pensar es en buscar un sitio para comer… Desplazándonos con el coche hasta Chelva, encontramos nuestro descanso en el Restaurante El Rincón de los Pacos, donde damos buena cuenta del menú del día… Nuestra Senda seguirá después por otros rincones de la Serranía como El Acueducto de Peña Cortada o el Cañón del Turia junto a la bonita localidad de Chulilla.
Galería.


