Más allá de la visita a la cacereña y monumental Guadalupe, estamos en medio de una comarca serrana en la que podemos hacer varias rutas de senderismo en los alrededores como este trek familiar de Los Molinos en torno al río Guadalupejo.
Las Villuercas.
En la Comarca de las Villuercas se encuentran interesantes localidades como Cañamero, Cabañas del Castillo, Alía y Guadalupe. En esta sierra podremos observar bonitos bosques y valles como el que enclava a esta ruta, en el que las fincas con tierras de cultivo se mezclan con pinos, castaños y robles.
La Puebla de Guadalupe, con su Monasterio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es sin duda el punto histórico y turístico más importante. Guadalupe está rodeada de magníficos parajes naturales en plena sierra de las Villuercas.
La Ruta.
Esta ruta tiene dos partes claramente diferencias. En la primera, en ligero ascenso y dejando bonitas vistas de Guadalupe a nuestras espaldas, llegaremos hasta una bonita panorámica sobre el embalse El Mato (o embalse de La Ruta de los Molinos). En el tramo de regreso, seguiremos junto al río Guadalupejo y su Corredor Ecológico y de Biodiversidad y pasaremos por el Molino del Batán y el Molino del Martinete.

Los Molinos de Guadalupe eran: Molino de la Herrería, Molino del Pan Blanco, Molino del Batán, Molino del Martinete, Molino de la Sierra del Agua y Molino del Estanque. De todos ellos, el más reconocible en la ruta es el del Batán (o Batán de Arriba) gracias a su restauración.
Ficha.
Duración: 3-3h30.
Lugar de inicio: Guadalupe (Cáceres), España.
Circular: Sí.
Dificultad: Baja.
Firme: Pista forestal de tierra asfaltada en algunos tramos.
Desnivel acumulado (m): 279. Desnivel absoluto (m): 255.
Señalización: Escasa, solo algunos paneles informativos. La ruta es fácil de seguir porque es un tramo de ida por arriba y otro de vuelta junto al río.
Track.
Nuestra Senda.
A punto de ser las 7 de la mañana, nuestra pequeña no ha dormido apenas en toda la noche. Días atrás estuvo enferma y ahora le duele la boca, con lo que cada vez que cae dormida en la cuna, se despierta a los 15-20 minutos. Tenía pensado salir de madrugada a hacer la Ruta de los Molinos en solitario y así volver a la hora del desayuno, pero a grandes remedios… Decido llevarme a la peque conmigo, esperando que en el carro y con un poco de aire fresco, le cunda mejor el sueño. Si sois padres, seguro que me entendéis.
Aún no ha amanecido del todo, son las 7.30 de la mañana y las previsiones dan lluvia para las 11. No llevo el carro «4×4», sino el de paseo, así que confío en que el firme sea como me he informado y pueda pasar sin problemas. Dado que parte de la ruta son caminos de acceso a las fincas, así debe ser.
Dejo el Parador de Guadalupe atrás y subo por la Calle Nueva de los Capellanes cruzando el Arco de San Pedro. En la calle Cantera veo algunos pórticos en las casas que aún no había reconocido durante los paseos por el pueblo. Dejando la Piscina Municipal a la izquierda, me enfilo por una pista asfaltada. En cuanto tomo un poco de altura, la imagen del Monasterio de Guadalupe aún en penumbra, se hace imponente.
Sí, efectivamente la peque ya está dormida y así será durante las próximas dos horas. Entre campos de olivares, yo cojo ritmo y subo alguna cuesta que empujando el carro me hace tambalear un poco las piernas. Pero otra bonita panorámica de Guadalupe al fondo y al amanecer, es una buena recompensa.
El paisaje de la ruta es bastante más bonito de lo que me esperaba. Paro a tomar un respiro en el mirador natural justo por encima del embalse y empiezo ya el descenso. Ya en el embalse, camino por encima de la presa para obtener una perspectiva mejor del entorno.
Tras un pronunciado descenso, cojo el Camino de la Solana y me encamino de nuevo a Guadalupe bien pegadito al río como referencia. En este tramo el firme es aún más fácil para caminar. Acelero el ritmo que la lluvia parece querer adelantarse.
Un oriundo en su Jeep se ofrece a acercarme al pueblo (imagino que pensará que hace este aquí a estas horas y con un carro de bebé 🙂 ). Le digo amablemente que no se preocupe que estamos paseando. Después pienso cómo querría este buen señor que metiera a la niña en el coche sin asiento de bebé ni nada, jeje.
Llegamos a los hitos que dan nombre a la ruta. Primero el Molino del Batán y su coqueto puente. En el panel informativo se puede leer que fue usado en su momento para lavar la ropa de los monjes.
Ya en la carretera CC-171 y antes de girar a la izquierda para volver al pueblo, está el Molino del Martinete que fue en origen donde se molía el pan del pueblo para después convertirse, como su nombre indica, en martillo para batir cobre. La cuesta final hasta Guadalupe se hace durilla después de haber hecho el trek a buen ritmo. Justo cuando empieza a llover, entro por el Arco del Tinte (mi preferido) para acabar en la Plaza de Santa María de Guadalupe.
La peque ha descansado, yo estoy molido y ambos estamos contentos 🙂 .
MIDE e IBP.
Como complemento a la información para hacer la ruta mostrada en este artículo, en Sendas de Viaje hemos realizado también el registro en base al MIDE (Método De Información de Excursiones) y el cálculo del índice IBP:
IBP Index = 42. Este índice se corresponde con una ruta fácil para una persona con preparación física media.
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