En el corazón del Parque Nacional Vikos-Aoos, dentro de la región del Epiro y conectando los preciosos pueblos de los Zagori, encontramos un trek de categoría al norte de Grecia.

El cañón de Vikos.
El cañón, garganta o desfiladero de Vikos es uno de los más profundos del mundo. Según donde lo leas, podrás ver que se considera el más profundo de todos debido a su proporción entre altura y anchura, pues teniendo paredes de más de 900 metros es al mismo tiempo bastante estrecho. En 1997 se registró en el libro Guinness de los Récords 990 metros de verticalidad con solo una separación de 1100 metros a lo ancho.
Sea como fuere, esta abertura geológica es una maravilla que no es muy conocida si lo comparamos con otras estructuras naturales similares. De hecho, cuando lo recorrí, solo me encontré una persona más haciendo la ruta, yo iba de camino a Papingo y él en sentido contrario a Monodendri. Y es que atraídos por la imagen de la Grecia Clásica, pocos viajeros se aventuran a subir tan al norte y conocer esta Grecia más rural que a mí me apasionó.

Durante mi viaje estuve alojado en Megalo Papingo que junto con Micro Papingo, forman el extremo noroeste del cañón.

>> Encontrarás más datos e ideas sobre esta zona y otras de este país en la guía de Grecia.
Miradores.
Pasamos unos días en la zona y desde la parte alta del desfiladero nos acercamos hasta tres miradores diferentes que nos dan una perspectiva espectacular y a la vez diferente en distintos tramos del cañón. Son el mirador en el pueblo de Vikos, el Mirador de Beloi y el mirador de Oxya, este último cerca del «bosque de piedra» por encima de Monodendri.


>> Otros cañones mundialmente famosos que encontrarás en Sendas de Viaje son el cañón de Asbyrgi islandés, el cañón del Colca peruano o el Gran Cañón del Colorado.
La Ruta.
Es una ruta lineal que normalmente se hace entre los pueblos de Monodendri y Vikos en unas 5-6 horas. Yo seguí hasta Megalo Papingo de forma que la ruta aumenta en duración y dureza, pero al mismo tiempo consigues más perspectivas del cañón.
No hay fuentes. En verano es importante comenzar lo más temprano posible porque hace bastante calor a partir de las 10 de la mañana, especialmente en la parte baja del cañón que no está cubierta por el espeso bosque. Yo empleé un total de 7 horas y llevé encima 3 litros de agua que consumí enteros.
Para llegar al comienzo de la ruta en Monodendri, contraté a través de mi alojamiento (el fantástico y económico hotel To Rodi en el que me prepararon un nada despreciable pack lunch a cambio de perderme el desayuno) a un taxista local. No os va a salir barato porque el trayecto por carreteras de montaña es de unos 45 minutos. En mi caso me costó de forma relativa aún más porque Vir no quiso venir por el cansancio acumulado y me aventuré yo solo, pero tenía que hacer la ruta sí o sí para poder comprobar in situ y desde dentro, la magnitud de las paredes del cañón.
Duración: 7-8h.
Lugar de inicio: Monodendri, Zagori Central (Epiro), Grecia.
Circular: No.
Dificultad: Media. Mucho cuidado con el calor en verano.
Desnivel acumulado (m): 650-750. Dentro de la garganta el GPS no capta bien los desniveles, pero en todo caso como es lógico, contad con el desnivel absoluto que tendréis en lo que es bajar al desfiladero y salir del mismo.
Señalización: Pocas indicaciones, pero suficientes, ya que hay pocos cruces y la ruta consiste básicamente en ir por dentro del cañón.
Destacado: Paredes del cañón, miradores naturales.
Track.
Nuestra Senda.
Alrededor de las 8:15 de la mañana y después de unos ejercicios de estiramiento, comienzo desde el centro del pueblo de Monodendri la ruta a lo largo del cañón de Vikos. El trek está bien indicado con señales rojas y blancas y principalmente se trata de seguir paralelo al curso seco del río.
El descenso en ziz-zag a la parte baja del cañón se me hace algo pesado pero se ameniza con las vistas de las paredes a ambos lados del cañón. Al llegar a una zona más llana, aprovecho una abertura en el camino y salgo directamente a colocarme sobre las rocas por donde debería marchar el río. Desde aquí el cañón impresiona bastante más, ya que, por dentro del camino oficial muchos tramos están encerrados por los árboles, lo que de todas formas agradezco porque al menos me protege del sol.
Continuo en ligero descenso por un sendero fácil para caminar. A veces hay alguna bajada un poco más complicada o un paso entre grandes rocas pero no llega a ser muy pesado. De todos modos, se pasa muy cerca del desfiladero en algunos puntos y conviene tener cuidado.
Tras un par de paradas para comer algo y otras tantas para disfrutar de las panorámicas del cañón, llego sobre las 13:00 al cruce que indica el pueblo de Vikos a la izquierda (donde está el mejor mirador sobre la garganta) y Papingo a la derecha. Aunque mi destino es Papingo, tomo dirección Vikos para llegar hasta unas piscinas naturales, las «Vikos Spring». Las pozas están junto a una antigua iglesia y no son nada del otro mundo, pero para refrescarse un poco no vienen mal.
Retomo el camino esta vez en dirección a Megalo Papingo. Esta parte es muy muy dura, no solo por el ascenso en ziz-zag, sino también por el intenso calor que me obliga a hacer varias paradas. Este tramo se me hace más duro que el Monte Olimpo que ascendí días atrás… Una vez en la parte alta del cañón, la senda se hace más llevadera y afortunadamente se cubre con más sombras.
Llego a un cruce que indica el camino a Megalo Papingo o bien a Micro Papingo que está un poco más lejos. Había pensado en llegar a Micro Papingo y de ahí ya bajar por la carretera a Megalo Papingo, pero por un momento pienso en la paliza que llevo y en las ganas que tengo de sentarme en alguna terracita a descansar y los pies deciden solos tomando dirección Megalo Papingo.
Y así termino esta intensa caminata sobre las 15:15, 7 horas después de mi comienzo en Monodendri.
2 thoughts on “Vikos, atravesando el desfiladero más profundo del mundo”
Álvaro
(26 mayo, 2020 -17:40)Hola, lo ves factible hacerlo en sentido contrario, terminando en Monodrendi?
Un saludo
Sergio
(26 mayo, 2020 -17:42)Hola Álvaro, sin problemas, al ser una ruta de descender al desfiladero y subir de nuevo, la dificultad no cambia mucho en un sentido u otro.
Un saludo y buena senda.