Los castaños centenarios de la Alcobilla en Sanabria

Zamora / /  19 Mar 2021    Mar 2021
En Sanabria y dentro del enclave del santuario de la Virgen de la Alcobilla, encontramos unos impresionantes monumentos naturales que han visto pasar casi un milenio de historias a sus pies.

El Viaje.

Es curioso como sin pretenderlo, se encuentran a veces los rincones más interesantes de un viaje… Durante nuestra enésima senda por la preciosa comarca sanabresa y tras un día agotador de senderismo, empecé a «bucear» en algunos folletos interpretativos de la zona y después directamente en el Maps, como suelo hacer tantas otras veces buscando lugares tranquilos para pasear, y me topé con este mágico rincón. No dejéis de visitarlo.

El Santuario de Nuestra Señora de la Alcobilla.

Dentro del término municipal de San Justo, se encuentra este santuario consagrado a Nuestra Señora de la Alcobilla. Aquí se celebra una de las más populares romerías de Sanabria los días 8 y 9 de septiembre.

Fue erigido en el siglo XVI y su campanario en el siglo XVIII. Como ocurre con otros santuarios, el de la Alcobilla está asociado a restos arqueológicos de época romana.

El manantial de la fuente del santuario es atribuido popularmente a un milagro de la Virgen.

Los castaños.

El bosque de castaños de La Alcobilla está compuestos por elementos centenarios, algunos de más de 900 años de antigüedad. Se sitúan envolviendo El Santuario dentro de una finca de acceso público.

Los castaños que se encuentran fuera del recinto del Santuario son de plantación más recientes. Estos castaños se usan para su aprovechamiento y se abonan de forma natural por el ganado ovino de la zona. Hay un corto sendero con inicio y fin en el Santuario que recorre las fincas privadas en las que se encuentran estos castaños más jóvenes.

Cómo llegar / Mapa.

Dejando la A-52 por Puebla de Sanabria, siguiendo a Puente de Sanabria y una vez aquí tomando por la derecha la carretera a Trefacio y después nos desviaremos de nuevo a la derecha hacia Villarino de Sanabria. Pasaremos San Justo y en menos de 5 minutos, alcanzaremos (está indicado) por una pista de tierra el recinto en el que se encuentran la ermita y los castaños.

La finca está encerrada por un murete de piedra. Hay una puerta de metal que podemos abrir acordándonos de dejarla cerrada a nuestra marcha.

Nuestra Senda.

Anoche, en nuestra cabaña alquilada por una semana de Vigo de Sanabria, estaba leyendo un artículo sobre fauna y flora del Parque Natural de Sanabria. Quería reinterpretar los animales que había visto en mi ruta por el Cañón del Tera, cuando me fijé en la imagen de un castaño con un brazo saliente tan grueso que parecía un tronco en el aire.

Me informé un poco más y tras ubicar la Ermita de Nuestra Señora de la Alcobilla, pensé que sería un paseo ideal para hacer antes de comer. De paso, aprovecharíamos que tendríamos que pasar por El Puente de Sanabria, y por tanto por todos sus servicios, para echar gasolina y comprar lo que nos faltase en nuestra diminuta nevera.

Tras una mañana tranquila, pusimos rumbo al Santuario. Una vez pasamos Villarino, la carretera se vuelve más bonita pero también sinuosa, lo que Vir y sus mareos llevan fatal. Pero el trayecto es breve y pronto llegamos a la finca. Estamos solos.

Entramos y tras fijarme en el bonito encuadre que hacen la cruz de piedra en frente de la ermita con la propia fachada, la siguiente reacción es de sorpresa. No esperaba tal cantidad de castaños con un tronco tan inmenso que les hace valedores de la etiqueta centenarios.

Supongo que esperaba unos cuantos castaños plantados en el siglo XX junto con un “abuelo» que ha resistido el paso de los años. Como ocurre en otras partes de España como El Castañar de El Tiemblo, el castaño de Villasumil en el valle de Ancares o El Casarito de la Sierra de Francia.

Tras el «Stendhal» inicial, dejamos que la peque corretee a sus anchas y vamos paseando entre los castaños. Los más impresionantes se encuentran en la parte de atrás de la ermita. «Mi amigo», el castaño con dos troncos que había visto fugazmente en un folleto informativo del parque natural, se encuentra en una hilera junto con otros tres imponentes árboles centenarios.

Después de un rato y hacer varias fotos, empezamos a hilar más fino y encontramos parecidos razonables en algunos castaños, especialmente en los que tienen el tronco más abierto y dan lugar a diversas formas.

Tras varios y extendidos paseos nos da la hora de comer y toca irnos. En teoría nos quedábamos sin ver por dentro la ermita porque está cerrada… Pero gracias a una mirilla en la puerta y al sensor lumínico de la cámara, hago una fotografía que nos permite verla perfectamente. No está nada mal.

Nos vamos contentos y proporcionalmente satisfechos a lo inesperado de la belleza histórica del lugar mágico que acabamos de visitar 🙂

Galería.

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Autor entrada: Sergio

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