Las diferentes secciones del Parque Nacional de la Ruta Jardín en Sudáfrica, nos permiten en un solo día atravesar infinitos puentes colgantes, observar ballenas, recorrer senderos costeros espectaculares y pasear junto a elefantes.
Itinerario >> Días 3, 4 y 5 de nuestra senda por Sudáfrica.
Día 3: llegada por la tarde/noche a Tsitsikamma National Park desde Robberg Nature Reserve. Noche en nuestra cabañita de Tsitsikamma.
Día 4: ruta de senderismo completa por Tsitsikamma National Park. A la hora de comer, parada técnica en Plettenberg Bay. Pasar la tarde y alojamiento en Knysna Elephant Park.
Día 5: paseo a primera hora en Knysna Elephant Park y salir hacia Bontebok National Park.
A tener en cuenta.
El Parque Nacional Tsitsikamma.
Este parque nacional entre el Cabo Occidental y el Cabo Oriental es una sección espectacular del Parque Nacional de la Ruta Jardín (Garden Route National Park). Es conocido por sus bosques, los 80 km de longitud costera y por las actividades acuáticas que pueden realizarse en el verano sudafricano. También se pueden avistar ballenas de forma relativamente fácil. Para los más atrevidos, el cercano puente sobre el río Bloukrans ofrece un puenting con un salto de 216 metros.
Hay muchos rutas de senderismo para realizar en Tsitsikamma. La más conocida es el Otter Trail que recorre casi toda la costa del parque nacional en una ruta pensada para realizar en 4-5 días. Nosotros no teníamos tiempo para tanto, así que nos conformamos con andar parte de la primera etapa dentro del trek que os presento más abajo. Pero sí que pudimos recrearnos en los puentes colgantes que fuimos buscando y que son fácilmente accesibles desde el campamento de Storms River. De esta forma, hemos continuando la búsqueda (aunque esta vez «un poquito más lejos de casa») de estos tramos que te vuelven a hacer sentir un niño y que en España hemos hecho en diferentes pasos como los Cahorros de Monachil (Granada), Chulilla (Valencia) o El Caminito del Rey (Málaga).
¿Y para dormir? Pues esta vez nos apetecía pasar la noche dentro del Parque Nacional. Para ello, podemos entrar en la página oficial de parques nacionales de Sudáfrica y buscar en este caso el campamento Storms River Mouth Rest Camp dentro del Garden Route National Park, que serían donde se encuentran los alojamientos de la sección de Tsitsikamma. La verdad es que no es sencillo tener claro que tipo de alojamiento estás reservando o más bien qué diferencias hay entre unos y otros.

Finalmente, yo me decidí por una Forest Hut FH2S, es decir, una pequeña cabaña. Nos costó unos 40€ la noche para dos personas. Y sin lujos, tenía lo justo que podíamos necesitar y tampoco pasamos frío. Además, el tipo de construcción está genial dentro del bosque. Con el número de reserva se recogen las llaves en la entrada del parque (a unos 4 kilómetros de las cabañas) y al día siguiente hay que dejarlas a primera hora. La reserva de la cabaña no incluye las tasas del parque que tendremos que pagar aparte.
Knysna Elephant Park
Sudáfrica era para nosotros un viaje de 10 días en sí mismo, pero al mismo tiempo, una antesala de un safari en Botsuana. De este modo, las reservas que visitamos de animales estuvieron muy escogidas. Knysna Elephant Park es un centro de elefantes que escogí visitar porque publicitaban que sus actividades turísticas estaban destinadas a recuperar elefantes que habían sufrido algún tipo de desgracia y que en sus inicios habían sido trasladados desde el Parque Nacional Kruger.
La otra razón para venir hasta aquí es que tenían alojamiento que se puede reservar en su web. Nosotros nos alojamos en la habitación más básica que tenían (las otras sí eran más caras) y con eso teníamos derecho a las actividades básicas de paseo y alimentación de los elefantes. De hecho, si sumábamos el precio de todas las actividades que hicimos, casi era el precio de la habitación, por lo que el negocio fue redondo. La gracia de las habitaciones es que comparten una especie de salón/balcón interior que da directamente a la nave en la que los elefantes descansan por la noche.
La finca que tienen es enorme, lo que es un punto a favor para que los elefantes se puedan mover y lo cierto es que se les ve bien cuidados. Pero no, no es perfecto, porque en mi opinión les sobra la actividad de montar en elefante que no sabía que sí tenían, por lo demás y por lo que pudimos ver es recomendable y una bonita experiencia.
La Ruta en el Parque Nacional Tsitsikamma.
La completa ruta que hicimos en Tsitsikamma y que nos llevó toda la mañana se puede dividir en tres secciones:
The Mouth Trail. ¡La impresionante parte de los puentes colgantes! Intentad ir temprano para disfrutarlos como nosotros, totalmente solos.
Blue Duiker Trail. Ruta por la zona interior más selvática que nos recordó nuestras sendas por Bako en Borneo. Es muy bonita, pero no vimos animales. Ni los pequeños antílopes (blue duiker), ni monos (baboons), lo que al final convirtió el tramo en algo más monótono.

Waterfall Traill. Hicimos una parte de este trail después de terminar Blue Duiker Trail, pero no llegamos ni a la cueva que hay primero ni a la cascada después. Justo antes de llegar a la cueva, hay un paso algo complicado entre rocas resbaladizas y hay que tener mucho cuidado con las mareas. Yo iba pasando sin problemas por las rocas, pero de repente una gran ola vino sin dar aviso, me tiró al suelo, me empapó y afortunadamente me pude agarrar para que no me arrastrara. Es un paso peligroso que no está indicado y en invierno es común que el mar esté bastante tenso… Tenedlo en cuenta.
Duración: 4-5h.
Lugar de inicio: Cabañas del Parque Nacional Tsitsikamma (Storms River Mouth Rest Camp), Garden Route National Park, Sudáfrica.
Circular: Sí.
Dificultad: Media. Hay que tener mucho cuidado en la parte del Waterfall Trail, con los pasos cercanos a la costa según el estado del mar y debido también las rocas resbaladizas.
Desnivel acumulado (m): 300.
Señalización: Hay señales que van uniendo los diferentes senderos.
Destacado: Paisaje costero, puentes colgantes.
Vídeo.
Track.
Nuestra Senda.
Nos hemos levantado al amanecer en nuestra acogedora cabaña. Me he acercado al mar (que tenemos a poco más de 20 metros) y he hecho algunas fotos de las enormes olas que rompen con fuerza en las rocas de la línea costera. Antes de empezar el día, hemos tenido que subir con el coche a la entrada principal del parque para dejar las llaves en recepción. Ya de vuelta al núcleo del parque, hemos dejado el coche en el último aparcamiento. junto al punto de información.
Aún no son las 8 de la mañana y por fin empezamos la ruta de los puentes colgantes. Siguiendo la costa por encima de unos acantilados en poco más de un kilómetro tenemos que bajar y podemos observar los puentes que están divididos en tres secciones de 40, 50 y 77 metros respectivamente. Aprovechamos que estamos solos a estas horas tan tempranas y los recorremos varias veces con el mar entrando y saliendo por debajo del puente más largo hacia un pequeño barranco donde se puede hacer kayak (aunque yo no lo haría en estas fechas).
Después de hacer un poco el tonto e imaginarse con la sintonía de Indiana Jones, de vuelta continuamos caminando por Blue Duiker Trail, solo que sin los esperados «mini antílopes». En todo caso, en el primer mirador que alcanzamos tras una de las pocas ascensiones que haremos hoy, conseguimos ver con los prismáticos algunas ballenas a lo lejos. El camino es selvático, totalmente cerrado por la vegetación.
Empalmamos con la ruta de la Cascada, que primero tiene una parada en la Guano Cave. Pero para llegar a la cueva hay que hacer unas cuantas trepadas un tanto peligrosas porque están muy resbaladizas. Aquí la ruta va a pocos metros del mar, a veces totalmente pegada y el mar está realmente picado. Y aquí me recuerda que es impredecible y sencillamente casi me mata literalmente.
Vir se había quedando esperando en el cruce anterior. Mi intención era llegar hasta la cueva y regresar. Tras salvar varios pasos muy resbaladizos, me encuentro ante un paso que parece sencillo. Solo mosquea un poco que las olas lo cubren un poco. Un par de chicos pasan al otro lado sin problemas y tras esperar un rato, veo que la marea no sube mucho más… Peeeeero por algo existe la ley de Murphy y en el momento que voy a cruzar, una ola enorme me engulle y me baña por completo. Me tengo que agarrar como puedo con las uñas para que no me arrastre. Por poco.
Eso sí, mi cámara de bolsillo no se ha salvado. No sé cómo no hay indicaciones aquí advirtiendo del peligro, ya que antes que yo, han pasado familias con niños. Seguro que con la marea más baja la cosa será un paseo. Mi saldo es un regreso apresurado al coche para cambiarme (el sol aprieta pero no deja de ser invierno) y mi cámara compacta apagada para siempre… Sí, podría ser peor.
Después del susto, ya seco y recuperándome, hacemos una parada técnica en el supermercado Sparx de Pletterben Bay. Continuamos hasta Knysna, donde pasaremos la noche, pues reservé con antelación una sencilla habitación en el Knysna Elephant Park. Lo mejor es que incluye el alojamiento, zona para ver a los elefantes cuando «se van a dormir», el desayuno, el paseo con los elefantes y un extra tour por la mañana. Sale realmente muy económico, ya que nos ha salido por poco más de 60 euros los dos. No sé si tiene truco, pero es que casi nos hubiera costado lo mismo hacer esos tours sin el alojamiento…

Los elefantes están bien cuidados. Fueron traídos para sí recuperación y promueven desde el parque varios proyectos de voluntariado, investigación y concienciación. Y no, no es perfecto, quizás lo ideal, dado que no son elefantes que puedan volver a la plena libertad, es que ni siquiera tuvieran que interactuar con turistas… Pero claro, comen 25 kilos de comida al día y requieren muchos cuidados y gente a cargo de ellos, por lo que entiendo que o bien lo financia completamente el gobierno o es necesario algún tipo de autofinanciamiento. Les hemos dado de comer y paseado un poco junto a ellos. Bonita experiencia. Qué triste que en algunos lugares se pueda maltratar un animal tan imponente y bello como este.
Galería.
