Cuando era un niño caminé varias veces hasta el Alto de la Fuenfría por la Calzada Romana… Al menos eso creía, porque años después descubrí que el camino que seguía era realmente la Calzada Borbónica. De hecho, hasta hace poco no me decidí a saldar definitivamente esta «deuda pendiente» y que os voy a contar en este post.

La Calzada Romana y el Valle de la Fuenfría.
¿Has caminado alguna vez por la Calzada Romana del Valle de la Fuenfría? Si la respuesta es sí… ¿Estás seguro? No, no es que no crea en tu memoria, pero yo crecí pensando que el empedrado que seguía de frente después del Puente del Descalzo era la Calzada Romana de Cercedilla y resulta que no es así. De hecho, la mayor parte de la gente sigue pensando esto… La última vez que me llevé un grupo grande a la zona, recorrimos la Calzada Borbónica y todos pensaban estar subiendo por la romana, incluso aquellos que ya habían venido otras veces por la misma senda.
Pero investigaciones y excavaciones arqueológicas nos han hecho distinguir más al detalle los caminos del Valle de la Fuenfría. Estos estudios son relativamente recientes, por lo que es lógico que no conocieras como tal la existencia de la Calzada Borbónica, que es la principal división que este proyecto de recuperación histórica nos ha entregado y sustituye la creencia de que este camino fuera de origen romano.

Pero aunque no fuera exactamente en el sitio que pensábamos, la huella de los romanos se quedó plasmada en el valle y en este artículo veremos cual es el verdadero trazado histórico de la Calzada Romana. Antes de ver la ruta, repasemos brevemente algunas cuestiones básicas sobre las sendas más conocidas del Valle de la Fuenfría.
La Calzada Borbónica.
Del siglo XVIII, mandada construir por Felipe V para llegar hasta el Palacio de la Granja. Es la ruta más directa para llegar hasta el Alto de la Fuenfría. Señalizada con círculos blancos. Más información en este post.

La Calzada Romana.
De los siglos I-V. Conocida también como Vía XXIV de Antonino. Construida para unir Segovia con la antigua Titulcia. Señalizada con círculos verdes. Tiene menos pendiente que la Calzada Borbónica. Se cruza con ésta en varias ocasiones y en algunas va casi paralela a la misma. También se encuentra, en su parte final, con el Camino Viejo de Segovia.

El Camino Schmid.
Este sendero lo trazó Edouard Schmid en 1926 para unir el refugio del Valle de la Fuenfría, en la Pradera de Corralillos, con el Puerto de Navacerrada. Señalizada con círculos amarillos. No pasa por el Alto de la Fuenfría, ya que, cruza antes La Carretera de la República en dirección a Collado Ventoso y solo va al unísono con la Calzada Romana unos cuantos metros. Es probablemente el más conocido de todos.
La Ruta.
Esta senda no es complicada ni es muy larga. No voy a mostrar un trek duro como la Travesía a la Sierra de Guadarrama que os conté en este post.
Debéis tener en cuenta que hay muchas opciones diferentes para hacer una ruta circular interesante una vez hayamos cubierto el trazado histórico de la Calzada Romana. Si bien mi sendero favorito para el regreso es el Camino Viejo de Segovia, en esta ocasión el track que os mostraré, regresa hacia el famoso Mirador de los Poetas y la senda de Sevillanos.

Duración: 3-4h.
Lugar de inicio: Aparcamiento Majavilán (Dehesas de Cercedilla), Madrid, España.
Circular: Sí.
Dificultad: Baja.
Desnivel acumulado (m): 500.
Señalización: La Calzada Romana está bien señalizada con balizas de metal que indican VIA XXIV, además de círculos verdes en los árboles. Círculos amarillos encontraremos en el tramo de la Senda del Sevillano.
Alternativas: Regresar por el Camino Viejo de Segovia. Para ello podríais seguir este track de poco más de 9 km.
Destacado: Paisajes típicos de la Sierra de Guadarrama, miradores, senda histórica.
Track.
Nuestra Senda.
Empezamos junto a la fuente de Majavilán en las Dehesas de Cercedilla y nos dirigimos al Puente del Descalzo. Pocos metros después de pasar el puente tenemos un paso de frente por el que continuaríamos a través de la Calzada Borbónica. No lo cruzamos y tomamos la senda de la derecha marcada con círculos verdes. Un paso metálico abierto nos indica que estamos ya siguiendo nuestra ruta por la Calzada Romana.

El camino encerrado por pinos, a ratos empedrado y algo más sinuoso que la Calzada Borbónica, es realmente bello. Se respira bastante paz y no encuentro a nadie hasta llegar a la Pradera de los Corralillos. Aquí se puede ver otra de las balizas metálicas que acompañan el camino y en las que está escrito Vía XXIV. En esta encrucijada de caminos, mapa en mano, dos senderistas me consultan por la ruta que deben seguir para coger el Camino Schmid. Después de las indicaciones y explicarles que es probable que nos crucemos más arriba, yo continuo por la Calzada Romana.

El siguiente tramo más o menos recto va dejando a nuestra izquierda la Calzada Borbónica. Hay varios paneles explicativos sobre la historia de la Calzada y los trabajos de recuperación de la misma. Un nuevo tramo más estrecho que continua la subida por la derecha, va ahora paralelo con el Camino Schmid, con el cual, finalmente se junta en el momento que debemos girar de nuevo a la izquierda. Unas decenas de metros después, el Camino Schmid sigue por la derecha, pero nosotros continuamos de frente en un cómodo ascenso hasta cruzarnos de nuevo con la Calzada Borbónica. Ésta última va directa hasta el Alto de la Fuenfría por «la Cuesta del Reventón», pero la Calzada Romana, con menos pendiente, continua por la izquierda hasta enlazar con el Camino Viejo de Segovia. Desde este lugar tenemos ya unas vistas fantásticas del Valle de la Fuenfría.

Girando a la derecha, tomamos el último tramo que atraviesa de nuevo la Calzada Borbónica y un último giro a la izquierda nos deja enfilados hacia el Alto de la Fuenfría. Podemos ver como nos recibe imponente al fondo el Montón de Trigo y hemos terminado el objetivo principal de la ruta. Hasta aquí llevamos 4 km. Si hubiéramos hecho la subida por la Calzada Borbónica habríamos recorrido 3 km. Por tanto, es evidente que la Calzada Romana tiene menos desnivel, una de las características que sirvió a los investigadores para encontrar su trazado.

Tanto el Camino Viejo de Segovia como la Calzada Borbónica nos podrían servir para el regreso. Pero para cambiar un poco de tercio, yo la vuelta en esta ocasión la realicé en dirección al Mirador de los Poetas por la Carretera de la República. Una vez en el Mirador de abajo, el dedicado a Luis Rosales, cogí la Senda Sevillanos. Esta senda es una pronunciada y sinuosa bajada con bastantes piedras en el camino, pero al mismo tiempo es una buena opción para el descenso porque es un camino tranquilo y menos transitado.

Una vez salvada la bajada más empinada, por la derecha tomé el camino de la Vereda de Enmedio que me devolvió al inicio en las Dehesas de Cercedilla.
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